NUESTRA HISTORIA

Mi abuelo era un joven sonriente con ganas de superación, maquinista de la antigua Industria Gráfica de los cincuenta. Trabajó en el rubro por años pero nunca calculó que su talento le permitiría conocer el amor; y pues fue así, que conoció a mi abuela.

Ella era practicante en una de las pequeñas imprentas del viejo Centro de lima. El abuelo realizó su mejor impresión en el corazón de su amada, y no mucho después se casaron. Entonces así llegó mi padre. Él siempre nos cuenta que la frase recurrente en su niñez fue:” Pórtate bien, sino me acompañarás a la imprenta a trabajar”. El nunca imaginó que aquello que en su niñez fuera casi un castigo, años después se convertiría en su pasión y profesión.

El tiempo pasó. Mi padre dejó de trabajar en una compañía transnacional y evidentemente debía decidir en qué invertir su dinero. Un día vio que mi abuelo andaba muy preocupado, le preguntó el motivo, y con algunos reparos el más viejo de los Aguilar, le contó aquello que lo angustiaba. El dueño de la imprenta que le alquilaba un pequeño espacio para trabajar con su máquina, estaba en problemas y pronto cerraría “¿Donde llevaré mi máquina?” dijo preocupado.

¡Listo!, mi padre supo donde debía invertir un poco de su dinero de liquidación. Alquilar un local, comprar algunas cosas para que su padre este cómodo y tranquilo. “Todo estará bien papá, confía”. El abuelo comenzó feliz con su local, tenía pocos y pequeños clientes pero era más de lo que alguna vez había pedido en sus oraciones.

Poco tiempo después, mientras el dinero de mi padre se duplicaba cada tres semanas en una financiera que prometía hacerte rico, recibió la noticia inesperada que dicha institución había cerrado y con ello los ahorros de toda la vida de mi padre y de muchos otros padres de familia que se quedaron en cero en aquellos tiempos grises de los noventa.

Siendo así, no hubo mucho que meditar sobre cómo salir adelante, esta vez fue mi abuelo quien lo dijo:” Hijo, todo estará bien, confía”. Mi padre supo que había un propósito en esa pequeña inversión hecha tiempo atrás y fue así, no se equivocó.

Hoy nos dedicamos a imprimir soluciones gráficas para empresas y entidades nacionales e internacionales, y nos sentimos bendecidos con la oportunidad que nos da Dios de ser parte del crecimiento de nuestros clientes y tener el privilegio de servirles como familia.

Mi abuelo murió hace varios años, estuve con mi padre en esos momentos, y nos decíamos el uno al otro: “Todo estará bien, confía”; hoy les dejamos el mismo mensaje, queremos hacernos cargo de sus impresiones, ayudarle a que todo sea más fácil y con más color.

Confía, somos AGUILAR Impresiones y Ediciones

 

Diego Aguilar.
Gerente General.